El lanzamiento del proyecto se realizó en la Sede Concepción y asistieron autoridades, docentes y representantes de Corfo.

El lanzamiento de la publicación se llevó a cabo en la Sede Concepción de la Universidad Técnica Federico Santa María, donde participaron los creadores de la obra además de autoridades y docentes de la casa de estudios y representantes de Corfo, entidad que financió el proyecto Nodo Vitivinícola Valle Biobío, iniciativa donde se inserta el desarrollo del texto.

Agregó que gracias a esta iniciativa se ha podido difundir el valle y se ha generado identidad y “a nosotros como profesores nos ha servido para conocer aún más el territorio, siendo una experiencia que nos llena de orgullo, ya que dejamos los números aparte y nos pusimos a construir historia, investigar y ayudar un poco en la información, velando que se cumpliera con lo que se pedía en el financiamiento de Corfo”.

El libro “Valle del Biobío, fragmentos de un territorio” muestra principalmente tres hitos, cada uno de ellos presentados por un autor. En el primero, Luis Inostroza enseña sobre las poblaciones ancestrales en la región vitícola sur del Valle del Biobío. En tanto, Marco Sánchez se refiere al ciclo agrario campesino y, finalmente, Patricia Chavarría, resalta la valoración de la cultura tradicional campesina.
De esta forma, la obra es una representación de culturas en un territorio, donde se combinan tradiciones, productos, usos y costumbres, con conceptos de valoración patrimonial para observar y descubrir la riqueza campesina de las comunas de Yumbel, Laja, San Rosendo, Nacimiento, Mulchén y Negrete.
Valor de la tecnología
En el lanzamiento participó Cristian Rozas dueño de la Viña San Roke, donde se realizó un trabajo en conjunto con los profesores de Mecánica de la USM Sede Concepción.
El empresario comentó la experiencia de los viñateros con la universidad, “la que fue fundamental en los últimos años desde que comenzamos a trabajar en conjunto”, agregando que “el trabajo de los viñateros es duro, por lo que la USM ha sido un gran aporte porque les ha ayudado a facilitarlo con el uso de la tecnología que es un elemento fundamental que hemos ido incluyendo en los procesos”.
Rozas añadió que, si bien la labor de los viñateros es conservar el patrimonio, es fundamental también modernizarse y “combinar tradiciones de los antepasados con la tecnología para así facilitar el trabajo y hacer un vino de mejor calidad que perdure en el tiempo”.

Asimismo, explicó que “es relevante que tengamos esta relación porque lo que buscamos es hacer sinergia con la comunidad y dar respuesta a problemas que puedan tener y entregar alternativas a organizaciones para que puedan tener más dinamismos, puedan profesionalizar y hacer que sus procesos sean estandarizados, cosa que aún no tienen en la zona del Biobío y que estamos tratando de trabajar a través de instrumentos que vamos a postular”.
En cuanto al libro “Valle del Biobío, fragmentos de un territorio”, Guillermo Larson puntualizó que la publicación fue uno de los objetivos que se planteó en el proyecto del Nodo y viene a ser un aporte a los viñateros y a la comunidad para difundir su territorio, que cuenta con cepas centenarias donde destacan la cepa País, Moscatel de Alejandría y el Malbec.






