A cargo de la Sede Viña del Mar de la USM, la competencia nacional universitaria contó con una rigurosa planificación en cuanto a recorrido, implementación y uso de tecnología.

Así lo detalla Macarena Ramírez de Arellano, profesora de Educación Física y Directora del Departamento de Ciencias de la Sede Viña del Mar, quien se ocupó de la realización del evento junto al profesor Lorenzo Orozco. “No hubo nada que no estuviera planificado, la organización se realizó sin ningún inconveniente y todas las necesidades se cumplieron”, advierte, recalcando que el profesionalismo del proceso permitió cumplir con exigencias como distancias estrictamente determinadas, equipamiento de amplificación adecuado, puntos de agua e incluso un punto de frutas.
También se añadió mayor formalidad en cuanto a la definición del circuito y a los resultados, mediante la incorporación de jueces de la Asociación Atlética de Valparaíso, y se utilizaron chips para recibir información en tiempo real sobre el recorrido y la medición digital de cada marca para así evitar errores en los cálculos.

Coincide en que “fue un campeonato muy bien organizado, lo que lleva a que los atletas se motiven. Me quedo con una sensación muy positiva y mucho más por los equipos, porque hay un tema de constancia y un sistema de puntos por equipo que hablan del compromiso de los chicos con la disciplina”, dice el entrenador sobre los representantes de la USM. De ellos, el seleccionado femenino obtuvo el segundo lugar de la competencia, en la que también participaron delegaciones de la Universidad de Temuco, la Universidad del Maule, la Universidad de Playa Ancha y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Por su parte, la Pontificia Universidad Católica de Chile se quedó con el trofeo en las categorías de hombres y mujeres.
Finalmente, Miguel González destaca la importancia de volver a estas actividades tras el periodo de pandemia, ya que “el cross country es una disciplina competitiva, entonces gran parte de lo que nutre al atleta es competir, participar”. Respecto a los deportistas sansanos comenta que “son los más contentos de poder darle un sentido al entrenamiento diario, porque hablamos de jóvenes que, independiente de su carga académica y de todas las responsabilidades que tienen, cumplen con entrenar habitualmente. Siento que lo valoran mucho más que antes y ya están planificando los torneos del próximo año”.


