La actividad se desarrolló exitosamente en la USM durante una semana, permitiendo que escolares de 13 a 17 años se acercaran a las técnicas de programación más actuales mediante el desarrollo de aplicaciones vinculadas con su entorno.

“Comunidad no es solo compartir un espacio físico, es crecer y desarrollarnos. A diferencia de una empresa, somos un templo del conocimiento y su aplicabilidad; entonces, qué mejor que compartir el aprendizaje con nuestras familias y así generar una vinculación con el medio más completa”, explicó respecto al origen de esta actividad Luis Hevia, académico y Subdirector de Vinculación con el Medio en este departamento.
Agregó que la Escuelita de Verano retoma una buena práctica de años atrás, cuando hijos e hijas de funcionarios y profesores llegaban a la USM durante el mes de enero para incorporarse a talleres que incluían desde natación hasta programación. También destacó que así se cumple una responsabilidad social ineludible como es acercarse a los más jóvenes, pues “la transformación digital, que ha empezado acelerada y no gradualmente, es un gigantesco desafío para la sociedad, organizaciones y personas”.
Por último, agradeció a quienes hicieron posible concretar la iniciativa: autoridades universitarias, colaboradores y particularmente Scotiabank, que “juega un tremendo rol de apoyo a Informática de la universidad. Son múltiples las actividades donde nos apoya y participa, desde la ciberseguridad hasta el desarrollo de habilidades blandas, de modo de habernos contribuido con la escuelita”, recalcó, anunciando que además aprobó financiarla para 2024 en el Campus San Joaquín.
Programación y habilidades blandas

Según relató, los participantes comenzaron abordando conceptos básicos y rápidamente avanzaron en sus proyectos hasta que, al final, lograron terminar aplicaciones relacionadas con temáticas tan variadas como medioambiente, recuperación de lesiones, reparación de bicicletas o juegos de ocio, entre otros.
“Me sorprende la velocidad con la que aprendieron”, coincidió Luis González, estudiante de cuarto año de Ingeniería Civil Informática que participó como ayudante. Además, valoró la iniciativa ya que permite conocer de qué se trata la carrera, pues “la mayoría cree que informática es crear videojuegos y es importante decirles que no es así”, y motivó a sus compañeros para que se sumen a futuras instancias como esta vinculándose con escolares de enseñanza media.
Por su parte, Benjamín Leiva, estudiante de tercero medio del Colegio Salesiano de Valparaíso, valoró la experiencia y contó que su proyecto consistió en una aplicación interactiva para reparar bicicletas, con distintas secciones que indican las técnicas necesarias. “Me pareció muy entretenido. Aprendí un montón de cosas acerca de habilidades STEM y a trabajar en equipo, que son importantes porque a una persona le es muy costoso programar solo. Recomendadísimo este curso”, concluyó.




