La jornada, realizada por el programa PACE para apoyar la orientación vocacional de los estudiantes, incluyó trabajo práctico, un recorrido por el Campus Casa Central Valparaíso e información sobre la Universidad.

Provenientes de distintos establecimientos de la región, los escolares enfrentaron el desafío de construir el prototipo de una catapulta de la forma más eficiente posible, para luego darla a conocer y venderla a potenciales clientes. Además, fueron recibidos por estudiantes sansanos que colaboraron como monitores de Admisión, guiándolos en un recorrido por la Casa Central, compartiendo sus experiencias en la vida universitaria y entregándoles información sobre la USM respecto a carreras, beneficios y vías de ingreso.
“Fue una instancia entretenida y sumamente enriquecedora, que les permitió ver todo el proceso productivo de las organizaciones y cómo pueden emprender dentro de las mismas desde etapas muy tempranas como la enseñanza media”, comentó el profesor del Departamento de Ingeniería Comercial Cristhian Aldayuz. Además, valoró el entusiasmo de los participantes, quienes comenzaron sin mayor conocimiento sobre el tema pero finalmente lograron generar un debate sobre los atributos de sus creaciones para concretar la venta.

El encuentro se enmarca en una iniciativa de la red de universidades pertenecientes al Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior, PACE, de la región de Valparaíso. Su propósito es orientar a los jóvenes que terminan la enseñanza media en la elección de sus futuras profesiones, invitándolos a una serie de jornadas de expectativas vocacionales que también abordan áreas de Salud, Ciencias Exactas, Ingeniería y Tecnología, Humanidades y Ciencias Sociales, además de Artes, Arquitectura y Diseño.
En esta ocasión los escolares valoraron la oportunidad de conocer la USM y su quehacer, así como el aprendizaje obtenido con la actividad de Ingeniería Comercial. “Fue un día interesante. El recorrido por la Universidad fue educativo e informativo, se aclararon hartas dudas y la carrera me gustó bastante”, declaró Antonia Soto, estudiante del Liceo de Limache. Por su parte, Jeremy Barahona, del Liceo Gastronomía y Turismo de Quilpué, valoró que la Institución “tiene bastantes facilidades para permitir estudiar a gente de distintas clases sociales”.