La Dra. Marcela Carvajal lideró el proyecto de Bioformulación basada en hongos mejoradores de suelo, cuyo propósito es recuperar terrenos contaminados con metales pesados.

El objetivo de esta iniciativa es recuperar terrenos contaminados con metales pesados de la zona de Puchuncaví – Ventanas, utilizando la cepa nativa de hongo Trichoderma, siendo su alcance internacional puesto que no existe en el mundo un producto similar.

En tanto, la Dra. Marcela Carvajal, quien es investigadora del Departamento de Química y del Centro de Biotecnología ¨Dr. Daniel Alkalay Lowitt” de la USM, precisó que “el Premio Nacional Avonni es un reconocimiento importante que valida y da respaldo a nuestro trabajo, en cuanto a la innovación realizada y, además, refuerza los lazos de confianza con las instituciones y empresas que fueron parte del proyecto. Junto a ello, refuerza el prestigio de nuestra universidad en temas relacionados con innovación basada en ciencia”.
Asimismo, se mostró muy contenta y satisfecha con el galardón que invita a seguir trabajando a fin de entregar soluciones sostenibles a determinados problemas, siendo amigables con el medio ambiente e impactando positivamente a nivel social, económico e industrial.
Proyecto colaborativo
El proyecto de Bioformulación basada en hongos mejoradores de suelo fue financiado por el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico, Fondef, de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, Anid, y es co-dirigido por Ximena Fadic, investigadora del Centro de Tecnologías Ambientales (Cetam) de la USM y el apoyo de Codelco división Ventanas, ITAS y Nehuén, como empresas asociadas, además del Instituto de Desarrollo Agropecuario ( Indap) Región de Valparaíso, la Municipalidad de Puchuncaví, UC Davis Chile y la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) como instituciones colaboradoras.
Proyecciones

De la misma manera, se pretende expandir a mercados con problemáticas similares de contaminación de suelos y alta demanda agrícola como la que existe en Puchuncaví-Ventanas, esperándose buenos resultados por cuanto – según explicó la investigadora – su aplicación es sencilla (para el operario), no invasiva con el suelo y es una solución amigable con el medio ambiente. “Sólo se debe aplicar el producto a base de polvo cuando se riega el terreno, no se necesitan vehículos ni implementos especiales, lo que a su vez reduce la huella de carbono”.