La nueva rampa de acceso al centro de atención médica Sansanito, permitirá mejorar la atención de salud a estudiantes con movilidad reducida, en el marco del proyecto institucional de fortalecimiento en salud mental con enfoque inclusivo.

Este nuevo acceso forma parte de un proyecto de 30 meses de duración, que contempla una serie de medidas para construir un ecosistema de salud mental integral, incluyendo plataformas tecnológicas accesibles, capacitaciones en inclusión y protocolos de derivación para casos complejos. Esta estrategia responde a un diagnóstico institucional que reveló una creciente demanda de apoyo psicológico, con un aumento del 111% en atenciones entre 2019 y 2022, alcanzando 5.732 sesiones anuales.
Durante la ceremonia de inauguración, Andrés Fuentes, vicerrector académico, destacó que esta acción forma parte de un esfuerzo estructural por consolidar una universidad que acompañe integralmente a su comunidad. “Hoy materializamos una de las acciones contempladas en nuestro plan institucional con enfoque inclusivo. Un acceso universal que no solo rompe barreras físicas, sino que simboliza nuestro firme propósito de construir una institución donde nadie quede atrás. No solo inauguramos un espacio físico: inauguramos un símbolo de lo que somos capaces de lograr cuando priorizamos la empatía sobre la indiferencia”, expresó.

Para contextualizar la importancia de este centro, para estudiantes y funcionarios, Manuel Cabrera, director general del Campus Casa Central Valparaíso, recordó el origen del nombre del centro, que honra a un antiguo jardín infantil que existía en el sector, “este espíritu de cuidado se quiso preservar en este nuevo espacio asistencial que hoy celebramos. Este es un paso más hacia una universidad más accesible, más justa”, expresó.
El acceso inclusivo forma parte de una transformación institucional más amplia. Actualmente, el 36% de las atenciones de salud en la universidad están relacionadas con salud mental. Asimismo, entre 2022 y 2023, la matrícula de estudiantes con discapacidad o necesidades específicas de apoyo educativo aumentó un 27%, lo que exige respuestas concretas y sostenibles.
El modelo de salud mental impulsado por la USM también contempla continuidad tras el término del financiamiento, con diagnósticos anuales a estudiantes nuevos, trazabilidad en los sistemas y articulación entre unidades.





